
Presión
Historia
Fue el primer Espectro en llegar, pero no pasó mucho hasta que montones de ellos aparecieron, escaneando cada montaña de escombros que quedaba en la Torre Norte. Vinieron en busca de aquel que los había guiado en sus viajes, aquel que un día habló en nombre del Viajero. "Me nombró Dejana. Antes de que lo conociera, no sabía siquiera cómo llamarme a mí misma". Estaba hablando con un Espectro de carcasa roja que planeaba por donde el Orador un día había estudiado la Luz. Sus ojos estaban fijos en el nuevo brillo del Viajero viviente. "A mí me llamó Anwar. Tampoco encontraste el tuyo, ¿no?". "No". Su viaje había durado siglos, por la Tierra, la Luna y Venus, pero nunca descubrió una sola alma que considerara digna de la Luz. "Solía pensar que era culpa mía, que era demasiado exigente, pero… él me aseguró que la humanidad era inmensa, que el obsequio de la Luz ha de merecerse, y que era mejor ser exigente a terminar con alguien demasiado débil para cargar con todo el peso, o peor aún, usarlo de forma errónea. Al menos, me hizo sentir… útil. Dejé mi búsqueda a un lado y empecé a trabajar para él como cartógrafa. ¿Y tú?". "Deconstruccionista". Anwar se tomó una pausa. Dio unos pasos en dirección al Viajero viviente. "Dejana, ¿lo notas?". Dejana siguió la mirada de Anwar hacia el Viajero. "¿Que si noto qué?". "La presión".

Cazador de Espectros
Historia
Los avisos del Orador eran claros: cuidado con la Luz. Si sientes que se disipa, entonces has ido demasiado lejos. Hay lugares a los que ni siquiera la Luz del Viajero ha llegado. Y aquí estoy ahora, sin rumbo en este caos sombrío conocido como el Arrecife. Sin un solo atisbo de Luz que me acaricie. Pero eso… eso es lo que quería mi guardián. Se llama Cyrell, y él me nombró Strain. Lo encontré en los lejanos márgenes de Mercurio, en un valle donde la transformación vex nunca había llegado. Parecía fuerte, inquebrantable, viejo y sabio. Había buscado durante tanto tiempo a mi mejor mitad que no lo dudé. Si me lo hubiera pensado un instante más, habría notado también lo cansada, abrumada y enmarañada que estaba su alma, y lo habría dejado en paz. Así no habría terminado asesinando a uno de los míos. Cyrell me dijo que habíamos venido al Arrecife en busca de insomnes. Él había oído historias sobre cómo este grupo de descendientes lejanos de la humanidad había regresado al Sol con conocimientos sin parangón. Creía que tenían la respuesta a una cuestión que él se negaba a compartir. Ahora sé, no obstante, que habíamos venido aquí porque quería liberarme. Me confesó que no podía librar una batalla más en nombre de algo que no lograba comprender. Pese a que no lograba recordar su pasado, en el fondo sabía que ya había disputado su última contienda. No podía matarme. Era su amiga. No iba a matar a una de sus amistades. Tampoco iba a quitarse la vida, sería una cobardía, una muestra de debilidad. Y si el único propósito de los Espectros consistía en alzar a los muertos para asesinar en nombre de fuerzas inexplicables, él no podía dejar que eso sucediera. Terminaría con el ciclo. Perdonaría a sus aliados. Dejaría que los muertos descansaran. Años más tarde, volví a ver a Cyrell, provisto de una miserable armadura, arrastrando una cadena de Espectros fallecidos en nombre de la paz. Sigue buscando a un insomne capaz de responder a la pregunta que lo persigue desde su reencarnación. Si eres un Espectro que no ha encontrado aún a su elegido, toma esto como advertencia: Cyrell, el cazador de Espectros, terminará tu búsqueda por ti. Si eres un insomne y, por casualidad, tienes las respuestas que anda buscando, haz el favor de no tener secretos para él. Tu vida dependerá de ello.

La elección del elegido
Historia
Ella se centra en reencarnarlo una vez más, salvo que, en esta ocasión, duda. Mira a su alrededor, asimilando la matanza que la rodea. Rememora su llegada a esta aldea. Cómo la población lo alababa y lo colmaba de obsequios, pidiéndole que se quedara, que los defendiera, que los mantuviera a salvo. Al principio, se mostraba reacio, pero cuanto más tiempo pasaba y más caídos mataba, más lo elogiaban. Tanta alabanza terminó por alentarlo, impaciente y adicto a las exaltaciones y regalos. Cuanto más consumía, más se mermaban los recursos de la aldea. Lideraba expediciones para robar a otros, sin aviso alguno, sin diplomacia. Mostró su poder como uno de los alzados y exigió que lo alabaran como a un salvador. Aquellos a los que había protegido ahora morían a su cargo, pero lo veneraban aún más. Por mucho que tratara de guiarlo de vuelta a la Luz y recordarle por qué era un elegido, él prefería escuchar las adulaciones de sus nuevos vasallos. Resurrección tras resurrección, su leyenda prosperaba mientras los muertos permanecían muertos, y se volvió más codicioso e implacable. Dejó de aprender de sus derrotas y se creyó merecedor de su inmortalidad. Una noche de invierno, revestido con su blindaje dorado, libró una guerra en un asentamiento costero de pescadores y espiritualistas. Ningún hombre, mujer ni niño logró sobrevivir. Enajenados por la fácil victoria, él y sus seguidores se prepararon ansiosos para otra batalla contra los caídos que habían estado espiándolos hacía unas lunas. Fue una masacre para ambos. Y tan solo él, uno de los alzados, logró salir airoso. Aparta la mirada de la carnicería humana a su alrededor. Mira hacia su elegido. Su armadura dorada, salpicada de sangre de sus víctimas y aduladores por igual, sigue reflejando la luz de su único ojo. Él tomó su decisión. Eso mismo hará ella. Entonces, aparta la mirada lejos de él, lejos de ella misma, y vuela hacia el este hacia la luz ascendente.

Nosotros
Historia
Recuerdo el momento en que nacimos. Estaba repleto de dolor y pérdida, una sensación de declive. ¿Era el fin? Las sombras se arremolinaban, tonos violeta amoratado y gris cubrían nuestra deteriorada conciencia. Nuestras carcasas se quebraron y astillaron. Partes de "nosotros" se perdieron. Podíamos sentir las heridas, profundas y afiladas. Podemos seguir oyéndolas, aferradas a una fina hebra de entendimiento. Percibíamos un jardín sin flor alguna. Un valle cubierto de pesadumbre. Sentimos que moríamos. No queríamos perecer. Y ahí estaba yo, separada del grupo. Sentía que se contraía, para luego volver a su forma, tenue e invidente. Sabía que estaba esperando. Descansando. Observando. Reflexionando. Entonces, supe lo que tenía que hacer. En algún lugar de esta enorme y espectacular galaxia había una persona. Estaban quietos e inertes, como "nosotros". Pero podía devolverlos a la vida. Podía compartir lo que tenía en mi interior, esa calidez gloriosa, la vida, el aliento y la existencia. Juntos, esa persona y yo haríamos lo que "nosotros", el "nosotros" anterior a mí, no era capaz. Envolví la chispa de mi ser en metal y cristal, un pedacito de algo que me recordaba al hogar que "nosotros" habíamos compartido. Entonces, me dispuse a encontrar a mi persona, al protector de mi Luz. Había mucha gente. Mucha gente inmóvil, frágil, en la senda para convertirse en polvo, sin nadie que los recordara. Toqué a todos y cada uno en busca de… ¿algo? ¿Quizá un ascua bajo toda esa ceniza? No encontré nada. Ahora sé que hay una persona, solo una, y me pertenece. He estado en muchos planetas. He visto cosas que jamás creí posibles. Me he escondido de monstruos. He seguido mis sueños. He visto a más de mi especie, los demás elementos que otrora conformaban un "nosotros". Su búsqueda ha concluido. Están completos, fuertes. Más valientes, pues han encontrado a sus homólogos. Yo sigo sola. Sé que sigues ahí. Sé que sigues esperándome. Pero ha pasado tanto y estoy tan… Demasiado… Hace frío… Descansaré aquí y pensaré en nosotros. Durante… Un… Instante… Frío… Dónde… Nosotros… ¡Tú!

No me llames Espectro
Historia
"Quiero tener nombre". "¿Esto es por Saguira? Es una influencia terrible para ti". "Tiene nombre. La gente no la llama «Espectro» sin más. Resulta insultante que te llamen «Espectro». No soy un objeto. Soy yo". "Entonces, ¿quién eres?". "Soy… no lo sé. Soy yo". "¿Y quieres que yo te defina? Es lo que se hace con los objetos". "Eres insoportable, ¿lo sabías?". "No tenías por qué resucitarme". "Sabes que eso no es cierto". "¿Por qué no?". "Ya estás cuestionándolo todo otra vez, Tyra. Tratas a todo el mundo como a un rompecabezas que tienes que registrar, analizar y añadir a tus archivos". "No puedo hacer otra cosa. Si no lo cuestiono todo, si no estudio, si no aprendo, entonces no tengo objetivo alguno. «Cada mente tiene su propia forma»". "Ya has estado leyendo filosofía de nuevo". "Rousseau. Ikora me prestó un ejemplar". "Hmm". "No te enfades, Espectro. No es agradable". "También lo es que te llamen «Espectro». Quizá debería ir por ahí con una sábana encima". "Escoge tu nombre tú misma. No necesitas que yo te defina". "¡Muy bien!". … … … "¿Y bien? ¿Cómo te llamas, Espectro?". "No me llames Espectro".

Cumplidos
Historia
Recuerdo un día que hablé con Ophiuchus sobre la conexión entre Espectros y guardianes. Eso fue hace muchos años, cuando todavía estábamos en la ciudad y Osiris era comandante de la Vanguardia. Osiris e Ikora se pasaban horas hablando, a veces incluso días, y, sinceramente era aburridísimo. Sobre todo cuando no sabía qué más hacer para distraer a Ophiuchus. En serio, ese Espectro no da nada de conversación. En fin, Ophiuchus dijo que tenía una teoría sobre por qué había un Espectro para cada guardián. Él pensaba que todos nosotros contábamos con capacidades que complementaban los puntos flacos de nuestros guardianes y viceversa. Que teníamos que mantenernos juntos o ninguno de nosotros estaría completo. "¿Como una media naranja?", pregunté yo. "Porque no estoy enamorada de Osiris ni nada parecido. Sería muy raro y, además, me saca de quicio con frecuencia". "No se trata de un vínculo romántico", dijo Ophiuchus. Si tuviera ojos, me habría mirado. "Creo que el Viajero comprendió que la gente normal no basta para proteger a la humanidad. Que hacían falta seres extraordinarios en cuerpo y alma, algo que solo podría darse al unir a un Espectro con un guardián en una misma unidad". "No sé qué hace Ikora contigo", le dije, "pero Osiris y yo no somos una «misma unidad», ya has oído que solemos discutir… Mucho". "¿Y por qué te enfrentas tanto a él?", me preguntó Ophiuchus. "Porque nadie más se atreve. Es el grandioso y poderoso Osiris: héroe, erudito, salvador, bla, bla, bla. Así que nadie, en serio, nadie, ni siquiera Ikora se atreve a ponerlo en duda. Hacen lo que él quiere, da igual si se trata de una idea terrible. Yo no. Todo el mundo necesita a alguien que le diga lo que está mal de vez en cuando. Sobre todo Osiris". "¿Dirías que se trata de un punto fuerte que complementa un punto débil?". No respondí. Odio cuando alguien lleva la razón. Lo bueno es que no ocurre a menudo. "Muy bien, Espectro listillo", dije al fin, "¿y qué hay de ti e Ikora? Ambas sois duras y estiradas, y leéis demasiado…". "Soy una influencia tranquila. La animo a pensar antes de actuar y no le permito que sus emociones se lleven lo mejor de sí misma". No pude evitarlo. Empecé a desternillarme. Tardé cosa de un minuto en recuperar la compostura. "¿Ikora?", dije muriéndome de la risa y casi sin poder hablar. "¿Estamos hablando de la misma Ikora? ¡No hace más que pensar!". "No la conoces en absoluto", respondió Ophiuchus.

No habrá reencarnación para los temerarios
Historia
Mi guardián es inmortal. Lo he perdido para siempre. Se adentró en la nave abandonada Omnipotente con su escuadra, esperando recuperar secretos cabales del asesino estelar. Tendría que haber sabido que era una trampa. ¿Era cosa de los cabal? ¿Era una infección vex proveniente de Mercurio? No lo sé. Es todo culpa mía. Recuerdo que el momento de la activación fue una sensación de caída. Saltó hacia el centro, llamando a gritos a sus amigos, "¡La desactivaré!". Sigue saltando. Ve al Omnipotente y lo encontrarás allí, atrapado en un ámbar de tiempo ralentizado, intentando alcanzar su objetivo para siempre. He observado sus movimientos detenidamente. Llegará al mecanismo y desactivará la trampa en poco más de cincuenta mil años. No puedo resucitarlo. Lo he intentado por todos los medios. Los hechiceros de la Ciudad y tanatonautas respondieron a mis preguntas desesperadas, incluso cuando abordé la idea de si podía ser destruido. Al menos, si estuviera ido, destrozado, entonces podría volver a formarlo… ¿Por qué no puedo devolverlo a la vida? Si un guardián cae en el océano de metano de Titán, no muere al instante, pero podemos devolverlo a la vida mediante la arcología. Si un guardián se lanza de su nave hacia el espacio, ¿hace falta esperar a que se desintegre en el viento solar antes de devolverlo a la vida? No, no. ¡Nunca había tenido mayor complicación! ¡Lo veo ahí mismo, parece que está tan cerca! ¡Lo único que quería en esta vida era ser su Espectro! Pero todos los Espectros saben que hay lugares de los cuales nuestros guardianes no pueden regresar. Este es uno de ellos. ¿Por qué? ¿Se ha acumulado la Oscuridad contra nosotros aquí? ¿Es demasiado débil la Luz? Creo que conozco el motivo. Los hay quienes comparten mi teoría. ¿Qué hacemos realmente cuando devolvemos a nuestros guardianes a la vida? ¿Cuál es el núcleo mágico de todo el proceso? ¿Somos como los hornos de probabilidad de la Ciudad, que tergiversan el vacío cuántico en nuestro favor para generar materia? Puede ser. Puede ser. Pero determinados miembros de un culto que no quiero mencionar de forma directa mantienen su propia interpretación de este proceso. "Cuando lo devuelves a la vida", me dijeron, "tienes que disponer de una plantilla… una imagen que te ofrezca la información que necesitas. ¿Y dónde se encuentra esta plantilla? Muy fácil: en una línea temporal paralela. Un lugar en el que él siga vivo e intacto. Y donde quiera que resida un gran peligro, donde quiera que la probabilidad de muerte sea demasiado elevada, entonces, dichas líneas temporales se vuelven escasas y difíciles de alcanzar. Esas son las zonas en las que no es sencillo restaurar a los guardianes". De ser cierto, entonces estoy condenada y libre. No existen mundos alternativos en los que mi guardián logre escapar a esa trampa. No hay esperanza de resurrección. Seré un Espectro solitario. Pero la idea de que haya hecho algo mal me persigue y me sigue acechando…

Confesión de esperanza | Primera parte
Historia
La elección me persigue. No estuvo debidamente razonada. Dejé que la emoción se llevara lo mejor de mí. Los caídos se habían marchado. Los pocos supervivientes se reunieron en la oscuridad de una cueva disimulando su respiración entrecortada y apresurada, reprimiendo el llanto. Cuando los encontré, muchas noches antes, también encontré un propósito renovado. Había recorrido aquellos mundos marchitos y moribundos mucho más de lo que me molestaba en recordar, siempre en busca de una chispa que mereciera prenderse. Con el tiempo me acabé cansando, pero encontré esperanza en este pequeño grupo de supervivientes. Si no encontraba una sola alma merecedora de la Luz, buscaría otro camino, uno más discreto, para ser de utilidad. Me encargaría de guiar a este pequeño grupo formado por hombres, mujeres y un solo niño desesperados hacia el santuario en expansión bajo el Viajero. Si no daba con un héroe que desafiara a la Oscuridad, me encargaría de guiar a los más necesitados hacia la salvación. Ganarme su confianza me llevó tiempo. No era de los suyos. Creían que era un ángel. Les dije que no lo era. Me llamaron Tiānshǐ. No puse ninguna objeción. El niño estaba fascinado conmigo. Todavía era demasiado pequeño para hablar, y mucho menos para comprender, que su existencia era a la vez una carga y una bendición. Sus padres hicieron lo posible por criarlo y protegerlo con la ayuda, atención y cuidados de sus compañeros de viaje, otrora extraños, pero con los que ahora compartían un vínculo más profundo que la propia sangre, debido a las experiencias vividas tras el fin del mundo. Un día como este, en la cueva, encogidos de miedo conforme el rugido del esquife caído se desvanecía a lo lejos en el bosque, la madre soltó un gemido, un sonido que nunca antes había oído y que esperaba no tener que volver a oír nunca. Tanto dolor. Tanta tristeza. Pena. Sufrimiento. Pérdida. Su llanto resonó por todo el bosque. Su marido, sollozando y a punto de derrumbarse, se limitó a abrazarla. A ella y al hijo fallecido que sostenía en sus brazos. Los demás trataron de calmarlos, temerosos de que los caídos pudieran regresar. El ataque fue rápido y devastador. Veinte muertos. Solo sobrevivieron nueve de la cueva. Observé el bosque con ansia y miedo. El dolor de la madre colmaba el espacio entre los gruesos árboles. Me giré hacia ella y lo vi por primera vez: la chispa del hijo. Era leve, pero ahí estaba. El pequeño no era mi carga. Los elegidos para regresar eran campeones. El niño, sin embargo, era tan pequeño, tan frágil… ¿Qué devoción había demostrado? ¿Qué valentía? ¿Qué había sacrificado? Pero algo en mi interior se resistía… ¿No era mi propósito más puro el de proporcionar esperanza? Todos los héroes se alzaban para luchar, pero no por sí mismos, sino por toda la humanidad. Si salvar una vida, reparar esta terrible pérdida, no era una causa suficiente… ¿qué lo era entonces? Observé a la madre mientras lloraba. Noté cómo me henchía. Sentí que mi Luz se intensificaba. Por algún motivo yo no podía controlarlo, era como si algo hubiera llegado a mi interior y hubiera activado un interruptor. Un rayo emergió de mi interior y bañó de Luz el pequeño y magullado cuerpo del niño. Pasó un segundo. Y empezó a llorar. Todos se mantuvieron en silencio. El obsequio del Viajero se había concedido. Un niño, devuelto a la vida. Y con él, el inicio del fin de mi viaje. ¿Hice lo correcto? ¿Crecería el niño lo bastante como para alcanzar su culmen físico? ¿Estaría listo, como todos los regresados, para las guerras venideras? Pero, entonces, un recuerdo me vino a la mente, uno que nunca antes había tenido en consideración: puede que la muerte hubiera sido lo mejor. ¿Había salvado al chico o lo había condenado? Conforme su llanto resonaba, los supervivientes lo observaban asombrados. Había alegría en su silencio, sorpresa. Lo observé y el orgullo comenzó a brotar en mi interior. Había hecho lo correcto. Todo esto pasó tan solo hace unos meses, pero parece toda una vida. Los caídos han regresado y nosotros huimos. Temo que la promesa del obsequio no baste para salvarnos de la hoja de un pirata. (Fragmento de la última transmisión de un Espectro desconocido)

El ojo vigilante
Historia
He encontrado la paz. Si mi otra mitad no está ahí fuera, si mi guardián es imposible de encontrar, entonces encontraré la forma de ser de utilidad para el bien común. Han pasado muchos ciclos desde que me prometí ser útil de todas las formas posibles, es un mantra que me repito, un recordatorio constante: "si mi otra mitad no existe, mis acciones bastarán. Si no tengo otra mitad, yo seré ese héroe que no he podido encontrar". Sonaba muy noble entonces. Pero resulta que la nobleza es de esas cosas que coloca a quienes tienen buenas intenciones en el camino del dolor y, al parecer, no es algo que me moleste. Puede que todos nos sintamos así. Puede que sea eso lo que nos haga a todos héroes: aceptar riesgos como consecuencia de hacer lo correcto. He estado siguiendo los movimientos de los caídos por los confines de la Zona Muerta Europea durante algún tiempo, con cuidado de no adentrarme demasiado en su territorio. Después de todo, no soy más que un Espectro. Sin guardián, no supongo una gran amenaza. Pero puedo observar, aprender e informar. Puedo encontrar modos de combatir a los enemigos de la Luz. Todos los Espectros se mantienen alerta, registramos y compartimos los momentos destacados de nuestros viajes. Esto nos ayuda a nosotros y a nuestras cargas a navegar por la frontera, pese a que gran parte de estas tierras salvajes sigue inexplorada. La única diferencia entre el Espectro que soy hoy en día y el de antaño es mi objetivo. Antes, lo único que me motivaba era la necesidad de encontrar y estar en sintonía con un guardián, pero ahora me entrego en cuerpo y alma al arte del espionaje: la capacidad de recopilar información. Y no soy solo yo. Hay toda una red de Espectros como yo. De encontrar a nuestras mitades, nos regocijaríamos y pasaríamos a la misión de servir a manos de los verdaderos guerreros de la Luz. Hasta entonces, nos movemos rápido y en silencio a través de las enormes llanuras de la frontera, vigilando los movimientos de nuestros enemigos y registrando cada acción, de modo que la Vanguardia y los demás puedan valorar y afrontar mejor los peligros más allá de la última ciudad segura. Somos seres pequeños, escasos en número, pero somos valientes, somos héroes. (Link, un Espectro sin vinculación y miembro de la red espectral encubierta de la Vanguardia)

En la refriega
Historia
No estaba lista, pero no me quedaba otra opción. La maquinaria cabal estaba lista para arrasar la Tierra y desgarrar el suelo para conseguir lo que sea que hubiera bajo él. El problema era que mi guardiana, a la que tanto tiempo había estado buscando, se encontraba durmiente en su trayectoria: una cáscara inerte a la que había que despertar antes de que sus restos quedaran pulverizados y me quedara sola, para siempre, sin mi elegida. Fue… desafortunado que la encontrara segundos antes de que el equipo de sondeo de la Legión Roja llegara. Pero hice lo que tenía que hacer. Al fin y al cabo, hay algunos riesgos que merece la pena correr. Era ahora o nunca. Además, no hay nada como elegir un mal momento. Me abrí al obsequio del Viajero y la bañé de luz conforme la maquinaria se iba colocando. Mi nueva guardiana dio una bocanada de aire y se sentó, gritando como si de una pesadilla se tratara. Nada bueno. La seguridad cabal nos encontró al poco. Sus disparos de postas resonaron. Antes de que pudiera siquiera tomar una segunda bocanada de aire, mi guardiana estaba muerta… otra vez. Me giré y la volví a escanear conforme el equipo preparaba sus quemadores. Los cabal lanzaron sus bestias de guerra contra nosotras. Mi guardiana se alzó conforme la tierra se calentaba y las bestias de guerra cargaban. Estaba confundida, como era normal. "¡Corre! ¡Vamos!", traté de avisarla, incitándola a moverse. Pero no hacía más que mirar a los lados, mareada, confundida. Entonces, vio a las bestias. Parece ser que el instinto es persuasivo, pues se levantó al momento, salió corriendo de los quemadores y de los rechinantes dientes que le pisaban los talones. En cuanto salió de la zona, los cabal abrieron fuego. Ahí fue cuando el riesgo se volvió recompensa… Mi guardiana no se escondió. No se acobardó. Todo lo contrario, se enfadó. Se volvió agresiva. La mujer que tanto llevaba muerta solo había pasado unos instantes entre los vivos y ya era una con la guerra. Me pregunto si es eso lo que hace de la humanidad el arma perfecta, si eso es lo que la hace una fuerza a tener en cuenta. No soy quién para hablar. Aunque lo que vino a continuación me calmó y me ofreció un atisbo de orgullo. Mi guardiana cargó contra el cabal más próximo, una criatura de guerra que ella no había visto antes, una bestia descomunal provista de una armadura gruesa blindada. Se movió, esquivó de izquierda a derecha y reculó para evitar los disparos. Una bestia de guerra arremetió y clavó sus fauces en el antebrazo de mi guardiana. Ella gritó. El cabal se rio. Las demás bestias la cercaron. Entonces… Mi guardiana, la mujer que acababa de renacer en la Luz, agarró a la bestia que le aferraba el brazo por las patas traseras, se alzó y dejó caer todo su peso sobre la columna del monstruo con la rodilla por delante. Ese sonido, el crujido de un hueso y un repentino alarido, provocó que las otras bestias se detuvieran y que el cabal reprimiera su risa. Mi guardiana prosiguió con su arremetida, sin dudar. El cuerpo renqueante de la bestia seguía adherido a su brazo. Tiró hasta liberarse, podía oír cómo se desgarraba la piel, pero no se contuvo. Al contrario, recortó distancias, corriendo hacia el cabal, agarró la bestia con su brazo bueno. Este alzó su arma, pero ya era demasiado tarde. Las demás bestias arremetieron conforme mi guardiana aporreaba al legionario con el cadáver de su mascota. Fue brutal y rápida. Traté de advertirla cuando las bestias de guerra atacaron, pero no importó, ya tenía al lanzapostas del cabal en la mano. Lo que sucedió a continuación… prefiero no contarlo al detalle. Era nueva entonces, recién resucitada en un mundo vertiginoso y violento. Solo diré que sigo aquí y que mi guardiana está cerca, y en algún lugar en lo más profundo de la Zona Muerta Europea existe una zona que sigue tintada con manchas de sangre cabal. (Tam, un Espectro narrando la resurrección de su guardiana)

Una sensación de sorpresa
Historia
Los observo, y me inunda una sensación de sorpresa. Todo lo que hacen, todo lo que aguantan. Ninguno de ellos pidió tener esta vida, esta segunda oportunidad. Y al despertar, cuando la Luz les deslumbró los ojos en esos primeros momentos tras regresar, solo hallaron un mundo destruido. Y sin embargo… Ahí siguen. Una y otra vez. Contra todo pronóstico. Desafiando a todo aquel que los daba por muertos. Cuánta determinación. Cuánto orgullo. Cuánto arrojo. Amor. Alegría. Esperanza. Miedo. Deseo. Una voluntad tan poderosa. Lo bastante poderosa para forjar la promesa de un nuevo mañana a través de los entornos estériles del ayer. Inspirador. Desde las victorias más insignificantes hasta las más relevantes, lo he visto todo… El alzamiento de los primeros muros. La valentía de los Seis Frentes. La desesperación de la Grieta del Crepúsculo. La guerra con los demonios. La domesticación de los lobos. He visto a Señores de Hierro alzarse y caer, he sido testigo de los últimos ciclos de la Época Oscura y me he alegrado con los nuevos triunfos ante la promesa de una esperanza renovada: nuestro regreso a la Luna y a Marte, la poda del Jardín y la derrota de la realeza de la colmena. Incluso a Ghaul y a sus ejércitos… Demasiadas amenazas, demasiados desafíos, y nuestros guardianes siguen en pie, la humanidad persiste. Están tocados por la Luz, pero ya no lo veo como un obsequio. Lo considero coraje, fuerza, humanidad que ha sido, en realidad, el mayor de los obsequios, su mejor arma. Este pensamiento me brinda alegría y un poco de paz en medio de todo el caos vigente, y me encuentro preguntándome, a menudo y con gran expectación: ¿Y ahora qué? (Observaciones del Espectro Kaiser sobre la inspiración de los guardianes)

Confesión de esperanza | Segunda parte
Historia
Aquí fuera, en el bosque, la supervivencia depende en gran medida de la capacidad de eludir patrullas de caídos. Todo lo demás, cualquier otro peligro, resulta secundario. Hipotermia. Hambruna. Bestias hambrientas. Bandidos dementes. Todo eso puede evaluarse y gestionarse. Los caídos, no obstante, esos despiadados piratas, cazan y asesinan no solo por su propia supervivencia… sino por gusto. Se deleitan con la masacre. Guiaba a nuestro variopinto grupo a través del denso bosque, pero con un crío a cuestas y varios supervivientes heridos no nos movíamos precisamente rápido. Nos habían detectado un par de kilómetros antes. El ataque fue veloz y violento. La madre del chico cayó casi de inmediato. El imprudente de su padre, aunque quizá es mejor pensar que fue un acto de valentía, plantó cara al dolor y el miedo y dio lo mejor de sí mismo. Corrió en su ayuda, pero no había nada que hacer. Y eso también le costó la vida. Dos padres muertos. Un hijo huérfano con un don que aún es incapaz de comprender. Los demás se llevaron al niño y huyeron. Este lloraba, confuso y aterrado. Acallaron su miedo y se adentraron en las profundidades del bosque. Yo los seguí. Era mi responsabilidad proteger al chico, si es que podía. No me quedaba otra opción que permanecer con él. Y aquí sigo… Esta rápida transcripción pretende ofrecer información, si fuera necesaria, relativa a mi elección, al momento de debilidad que me hizo renacer al niño. Estoy narrando esto mientras huimos, así que ruego disculpéis la brevedad y los cortes abruptos de esta historia y los sucesos que aquí describo. Enviaré este mensaje como señal para cualquier Espectro que pueda estar escuchándome. Los caídos me pisan los talones. Me he separado del grupo para alejarlos. Si sobrevivo, volveré a por el niño. Si no lo consigo, se quedará con los demás para que lo críen, y solo dispondrá de una segunda vida para vivir. Lo he dejado a cargo de un hombre y una mujer aterrorizados. Pero son inteligentes y cariñosos, tienen valentía, pero saben cuándo correr, cuándo sobrevivir. Se mantendrán ocultos hasta que los caídos se marchen, con mi Luz a modo de distracción para atraerlos lo más lejos posible de estos humanos. He hecho que los piratas me detecten y me he alejado a toda prisa de los últimos supervivientes, he hecho de cebo para hacerles ganar tiempo. Pero ese tiempo es breve. Los caídos andan cerca. Cada vez más. Puedo oír sus alaridos de guerra. Puedo sentir las chispas de sus hojas. Hace tiempo que aprendieron que matar a uno de los míos supone solucionar un problema futuro. No me arrepiento de la decisión que he tomado. El niño es una esperanza, pese a la huida. Lo que le espera es desconocido. Pero en él hay algo que promete, siempre que encuentre refugio. Siempre que tenga alguien que lo guíe. Esto no es una confesión. Es mi deseo. Es mi… (Fragmento de la última transmisión de un Espectro desconocido)

Réquiem por un héroe
Historia
Sois todos especiales. Él no era diferente. Al menos, al principio. Igual de especial, igual que el resto. Todo eso ha cambiado, claro está. Con el tiempo él se… distanció, empezó a destacar. A ella le llevó un tiempo adaptarse a su personalidad. Por lo que dice, a él también le costó. El Cayde-6 que conoce la mayoría no es el hombre que era en su totalidad. Su ingenio y sentido del humor eran una coraza, un arma tan afilada como su espada o sus cañones de mano. La llamó Sundance. Nunca entendí del todo por qué. Ella solía decir que provenía de una antigua leyenda, una fábula anterior a todo lo anterior. Siempre había pensado que era por su chispa, la gracia con la que se movía, sin esfuerzo, con astucia. Formaban un equipo perfecto. No hay duda de que Cayde-6 habló de su regreso a sus más allegados en más de una ocasión y tampoco había duda de que la historia cambiaba ligeramente con cada relato. Al igual que su humor, la elaboración de su propia leyenda era un arma. Para quienes no la conozcan… para quienes no tuvieran la suerte de escuchar la historia de Cayde-6 contada por él mismo, con ese encanto y el modo en que representaba sus partes preferidas, todo ello acompañado de efectos especiales, yo os la intentaré contar… Se trata de una grabación de ciclos pasados. No es la historia completa, pero cuando Cayde-6 estaba por medio, nada podía… "¡Bum! Me despierto. Mareado. Confundido. Resacoso. Nos sucede lo mismo a todos, así que, esa conmoción inicial no es nada nuevo. Me encuentro a Sundance delante y me asusto. Mi cerebro funciona, pero no recuerdo nada salvo que soy un ser funcional; soy humano, soy un hombre. Entonces, mi cabeza empieza a dar vueltas a toda velocidad. ¡Bum, bum, bum! Como si estuviera descargando el libro «Existencia humana básica para torpes». Genial. Maravilloso. Sigo sin recordar nada. Y soy totalmente incapaz de concentrarme en el orbe robótico mágico flotante y parlanchín que vuela delante de mí. Estoy asustado. Así que actúo como tal. La aplasto contra el suelo… Con fuerza. Y salgo corriendo". "Estoy corriendo. Ella también… o, bueno, lo que sea que haga ella, dado que no tiene piernas… Está justo detrás de mí diciéndome: «¡Dirección contraria! ¡Dirección contraria!». Me está gritando. Yo estoy gritando. No presto atención a lo que grita, yo sigo corriendo. Es de noche. ¿Lo había dicho ya? Es de noche y mis ojos todavía están adaptándose. Sigo corriendo y corriendo. No veo nada. No recuerdo nada. Muerto de miedo. Completamente confundido. Entonces…" "Me caigo. Me caigo de bruces. Tal cual. Corría… directo a un acantilado. Fue una caída pequeña. Reboté… bastantes veces. Y las sentí todas. Hasta que dejé de sentir. Hasta que todo se volvió negro otra vez. Y, entonces…" "¡Bum! ¡Otra vez de vuelta! Me volvió a poner de pie. Tal y como siempre hace. Y ese, queridos amigos, fue el comienzo de una bonita amistad". Muchos de vosotros no habíais oído la historia. Ahora que lo habéis hecho, espero que no fuera vuestro objetivo conocer alguna verdad absoluta sobre quién era, como guardián u hombre. La historia no es para eso. El objetivo de esta historia, ahora más que nunca, encaja a la perfección con la coraza que Cayde mejor llevaba… Él creía que era una historia graciosa. Y ahora, más que nunca… Cayde querría que nos riéramos. (El Espectro de Shiro-4 en un encuentro en honor a Cayde-6)

Desde territorio caído
Historia
Estoy en silencio, no estoy aquí, los caídos no pueden verme, no pueden saber quién soy. No soy una sombra, pero me muevo entre ellas, en silencio, deliberadamente, con el mismo propósito que cuando entré en su hondonada un mes atrás. Utilicé la luz diurna a modo de máscara, pues el bosque es estéril, es… es un lugar muerto, mires donde mires, resuena un zumbido constante mientras los saqueadores se dedican a desvalijar las antiguas glorias de este mundo. Yo miro, aprendo, registro y conservo… mi obsesión es cada uno de sus movimientos. Aguardo en su propio mundo, pese a que no conozco su lengua maldita, pero otros sí la conocen, y la descifrarán, encontrarán los secretos que oculta. Los secretos no son sino armas, y yo soy un instrumento para resolverlos. Son enemigos, son crueles. Aprenderé y compartiré mis conocimientos hasta derrotarlos a todos. ¿Qué son esos alaridos? Me he adentrado mucho, no sabría decir cuánto. He rastreado cada metro, mapeado cada camino. Pero este laberinto es sinuoso y sus vítores resuenan, violentos, llenos de alegría, y dudo si seguir investigando al acceder a caminos desconocidos plagados de seguridad… Sí, sin duda es un lugar especial, un lugar sagrado, mecanizado, y los gritos se mezclan con alaridos y chirridos de mecanismos… el jolgorio con el dolor. Hay sufrimiento aquí, castigo… ¿será un ritual? Tengo que descubrirlo para que todos lo sepamos. Me muevo lentamente, con cuidado… no me pueden… espero que no me detecten… Metro a metro, cualquier lugar en el que pueda ocultarme. Veloz, exponiéndome solo cuando sea necesario. Me abro paso, dejando otros caminos sin explorar. He de comprender el motivo del jolgorio. Pero al final cesa. Reemplazados por los días y noches armoniosos y laboriosos de los piratas. Nunca paran a descansar, o más bien… cuando unos descansan, los demás siguen trabajando, preparando misiones de saqueo, moviéndose entre las ruinas, preparando sus flotas, sus armas, su veneración. El modo en que veneran a las máquinas… debería hacerme sentir a salvo aquí, debería ser uno de sus dioses… ¿Soy una máquina? No lo sé, no sé nada. Su veneración no es tan sencilla. Ahora que la cacofonía entusiasta ya no resuena, aminoro el ritmo, pero sigo al tanto y trato de ubicar su origen. Pasan semanas hasta que vuelvo a escucharla. Una ceremonia acaba de terminar y me dispongo a enviar una recopilación de todo lo que he visto, pues me están observando. Son mis instantes finales, no hay duda. La ceremonia consta de combate, ritual y furia, es un foso y una arena en la que los inferiores e indignos han de mostrar su valor o sufrir y morir. Ah, qué manera tan sucia de luchar, cómo pelean para sobrevivir o prosperar. En este foso, ante los ojos de un arconte, los elixni deshonrados pueden redimirse y los piratas inferiores pueden mejorar su posición: de escoria a vándalo, de vándalo a capitán, de capitán a… Esta es su forja, su tribunal, su juicio ante sus superiores. Aquí es donde se enfrentan, matar o morir, prosperar o perecer. Los débiles no valen nada y los demás observan, ríen y gritan conforme el arconte los supervisa. Pero ya nada me importa. El fervor se convirtió en distracción, y ahora los ojos del arconte se han cruzado con los míos. Me he adentrado demasiado, la huida no es una opción, y creo que está sonriendo… (Las últimas transmisiones frenéticas de Wren, un valiente Espectro de la red espectral)

La Compañía Teatral Espectral presenta
Historia
La Compañía Teatral Espectral presenta: ORYX, EL PADRE DE PESADILLA: Un valiente Espectro contra la muerte del espacio exterior Una obra de cuatro actos y medio Escrita y dirigida por Didi, Espectro de Marcus Ren PROTAGONIZADA POR: Marcus Ren..........................................Espectro del héroe Didi la Espectro........................................Héroe guardián Enoch Bast........................................................Oryx Pixie, Espectro de Ariadne Gris...............................Ir Halak Robot barredor.................................................Ir Anûk Espectro, Espectro de Enoch Bast.............Sombra espectral de Crota Deléitate con la obra que el comandante Zavala define como "Una producción caricaturesca irrespetuosa e insensible con un atrezo abominable, un insulto para el arte del papel maché". El mismísimo Espectro epónimo lo resume en "¿Se supone que soy yo? Ah… oh, no…". Espectro, el Espectro de Tyra Karn lo define como "¿Una estructura de cuatro actos y medio? Pero si eso no tiene ningún… ¡Las historias tienen normas, ¿sabes?! No se puede… ¿Cómo va a tener medio acto?… ¿Sabes qué? No tengo por qué darle bombo a este sinsentido". Ophiuchus, el Espectro de Ikora Rey lo define como "[silencio juicioso]". Lord Shaxx como "Un espectáculo en toda regla, lo garantizo. ¿Pero el diálogo estaba pensado para tener una carga… tan sexual?". Espectro, el Espectro de Tyra Karn lo define como "He estado pensando en esto y, de verdad, creo que os vendría bien aprender un poco de composición narrativa. Sentaos, vamos a hacerlo ahora".

Diferencias de opiniones
Historia
Instituto Peregrino de Estudios Superiores presenta: "Historias de Espectros: entrevistas con dos Espectros del Viajero" Una conferencia con dos Espectros invitados desprovistos de guardianes acerca de la vida, la Luz y la búsqueda de sus guardianes Protagonizada por Balthazar (sin compañía) y Peach (sin compañía) La transcripción de la sesión de preguntas y respuestas es la siguiente: PREGUNTA: ¿Quién es el Viajero en vuestra opinión? BALTHAZAR: Buena pregunta. PEACH: Una pregunta horrible. BALTHAZAR: En cierto modo, es la única pregunta. El Viajero es lo esencial, nuestro padre, el origen, el pináculo. El Espectro de Pujari, un gran amigo, comparó en una ocasión al Viajero con una canción que todavía no se ha cantado. PEACH: Mira, la respuesta que nadie quiere dar es que nadie sabe qué es el Viajero, nadie sabe nada sobre él. Ni siquiera nosotros. BALTHAZAR: Sabemos que quería que alzáramos a los guardianes y ser sus representantes y defensores. PEACH: ¿Eso crees? El hecho de poder hacerlo, no implica que nuestro destino sea cumplir con ese cometido. ¿Y por qué asumes que es masculino? ¿Por qué ha de tener género? BALTHAZAR: El Viajero, en su omnisciente sabiduría, escudriñó el pasado y el futuro, y de entre todas las generaciones que emergieron del origen de la Tierra, escogió a los mejores para hacer las veces de sus campeones. Cada Espectro fue creado con amor y cariño para su único y verdadero guardián. El Espectro y el guardián se complementan. PEACH: Si eso es cierto, entonces, el Viajero es un inepto. BALTHAZAR: ¿Perdona? PEACH: Mira, he conocido a un montón de Espectros que han terminado falleciendo antes de llegar a encontrar siquiera a sus guardianes. Conozco a algunos que todavía no han encontrado al suyo. Tú no lo has encontrado. Yo tampoco, pero no me considero "incompleta" por ello. BALTHAZAR: Tengo la humildad suficiente como para reconocer mis propios defectos y entregarme al plan del Viajero. PREGUNTA: ¿Recordáis estar en el interior del Viajero? PEACH: No. BALTHAZAR: Sí. Lo llamamos útero. PEACH: Yo nunca lo he llamado así, ni pienso hacerlo. BALTHAZAR: Imagina un cosmos dentro de una botella. Millones de estrellas orbitando entre sí en una oleada de complejidad, solo que no son estrellas. Puede que la palabra sea… almas. Almas bailando en un espacio infinito contenido dentro de un huevo celestial. PEACH: ¿En qué quedamos, es un huevo o un útero? BALTHAZAR: A esto se le llama metáfora. PEACH: Bien, entonces elige una, no doce. BALTHAZAR: ¿Cómo lo llamarías tú entonces? PEACH: No lo llamaría de ninguna forma, porque no lo recuerdo y dudo que tú puedas hacerlo. PREGUNTA: Los hay quienes consideran que cada Espectro representa una faceta del Viajero, es decir, que cada Espectro forma parte del todo divino. PEACH: [suelta una carcajada]. BALTHAZAR: Haz el favor. Compórtate. PEACH: En primer lugar, eso no ha sido una pregunta. En segundo lugar… [se ríe de nuevo]. En tercer lugar: Si soy una parte de su cerebro, alma o lo que sea, entonces dudo que el Viajero sea una deidad, te lo aseguro. PREGUNTA: ¿Qué pensáis hacer si no lográis encontrar a un guardián? BALTHAZAR: Encontraré uno. El Viajero así lo desea. PEACH: ¿Has anotado eso? BALTHAZAR: Es cierto que algunos Espectros mueren antes de encontrar a sus compañeros de viaje. Si me sucediera a mí, supongo que no haría nada, puesto que ya no estaría entre los vivos. Pero tengo fe. PEACH: Si no logro encontrar a mi guardián, se lo robaré a otro Espectro. He oído que Saguira se lo pasó en grande con eso. PREGUNTA: Si pudierais comer, ¿qué elegiríais primero? PEACH: ¡Por fin una pregunta en condiciones! BALTHAZAR: Desconocemos el deseo de alimentarnos. Nuestra forma semicorpórea… PEACH: Nectarinas. O puede que salsa picante. Oh, o grillos, crujientes y asados. La comida crujiente parece lo mejor. Ojalá pudiera masticar grillos y que sus caparazones se me metieran entre los dientes. Ahora deja que te pregunte yo: ¿qué se siente al tener dientes? BALTHAZAR: ¿Cuándo se va a terminar esto?

Protectora de Espectros
Historia
De: Micah-10 Para: Tallulah Fairwind Categoría: devuelto en 5 ocasiones Prioridad: 3 Hola, vieja amiga: Tengo facilidad para encontrar cazadores. Otro miembro de mi pequeña manada ha encontrado compañero, un humano. Ahora, ambos se dirigen hacia ti en una embarcación por el Pacífico. No lo pierdas de vista, Tallu. Se hace llamar Andal Brask, y me da la sensación de que puede ser problemático. Puede que todo este viaje me haya vuelto sentimental, pues cada vez que uno de mis Espectros encuentra a su guardián me pongo triste porque mi manada se reduce. Los echo de menos cuando se marchan. Toda mi atención se centra ahora en un Espectro, aparte del mío. Lo llamamos Pup, es el renacuajo de mis cachorritos metálicos. Todavía no habla, pero su ojito azul siempre anda en busca de su guardián. Tengo en mente reabastecerme en el Cosmódromo y llevar a Pup al norte. Esas estepas son territorio inexplorado para todos salvo el lobo solitario de Conar. Mi relación con él ha ido siempre en una sola dirección. Me considero afortunada de que me responda cada quinto mensaje. Aun así, ambos sabemos que su información es muy útil. Nadie conoce la Antigua Rusia como él. Puede que encuentre una nave en el Cosmódromo capaz de atravesar la atmósfera. Y, aunque todavía me queda mucha Tierra por ver, ya me he cruzado con varios Espectros que consideran que sus guardianes se encuentran en otros mundos, esperando en las ruinas de la Edad de Oro de la Liberación, Ishtar y más allá. Algunas de estas lucecitas han decidido desafiar al vacío y partir en busca de sus compañeros predestinados. Siempre les digo que queda mucho por descubrir en la Tierra, que puede que sus guardianes no hayan nacido aún, pero los hay que están convencidos. Si mi próximo grupo de Espectros quiere completar el viaje, estoy decidida a acompañarlos. Estos últimos meses hemos disfrutado de la ausencia de Cyrell. Ahora creo más firmemente que lo perdimos en Australis. Si trata de hacer daño a mis Espectros, pienso arrancarle la tráquea. Espero que no te sientas muy recluida. Lo estás haciendo fenomenal, Tallu. Y, como se suele decir: mejor tú que yo. Tu fiel madre de Espectros, Micah-10

Savin
Historia
Sigo buscando. Estoy cerca, puedo sentirlo. ¿Cómo será mi alzada? ¿Será honesta? ¿Será una bestia? Supongo que me daré cuenta, ¿no? No lo sé. No sé si tiene alguna importancia. He estado buscándola desde el día en que nací. Me quedaré con quien sea. He llegado a lo más alto de la duna. El Gobi se muestra infinito ante la luz del atardecer. Entonces lo veo, un edificio calcinado, la única construcción fabricada por el ser humano a kilómetros a la redonda. No sé si salir corriendo o mantener un ritmo sosegado. Da igual. Los muertos no ven. Qué nervios. ¿Por qué tantos nervios? Conforme me aproximo voy practicando lo que quiero decir. Las primeras impresiones son importantes. "Eres hija de la Luz del Viajero", me digo. "Te han escogido para defender este sistema solar…" No, no. Mmm. "Eres… Ambas somos hijas del Viajero." "Tú y yo, las dos, somos hijas…". Olvido mis palabras mientras entro en el edificio. Encuentro equipamiento meteorológico. Encuentro una oficina vacía. Encuentro una sala de descanso lóbrega. En la parte trasera de la sala, veo a mi otra mitad: un vándalo caído aplastado bajo un frigorífico. Estoy asolada. Había visto a los caídos. Son carniceros. Unos asesinos naufragados. Me quedaría con casi cualquiera, pero no con este. No con esta cosa. Me doy la vuelta. Doy diecisiete vueltas alrededor de la habitación y otras cuatro alrededor del edificio. Debería ser concluyente, ¿no? Debería enorgullecerme por haber completado mi primer objetivo. Pero no es así. Da igual. No puedo ignorar la llamada. Regreso a la sala de descanso. No sé qué iba a decir, pero —caído o no— el Viajero quería que lo hiciera. Accedo a la Luz, luego me acerco a esa cosa para establecer nuestro vínculo. La nevera tiembla conforme la Luz lo baña. Escucho un gemido. "Empuja la nevera", susurro. Si mi alzado muere bajo este frigorífico y yo me marcho hacia el Sol, nadie lo sabrá. Puede que incluso le haya hecho un favor a la Tierra. "Estoy aquí, contigo, pero tienes que poner de tu parte. Empújalo y reincorpórate". El electrodoméstico se mueve y se cae a un costado. Un insomne se alza y aparta al vándalo muerto de su pecho como si de una sábana molesta en una noche de verano se tratara. Con esfuerzo, se libera y se levanta. "¿Quién eres?", pregunta. Mira a su alrededor y, luego, a sus manos azules. "¿Y qué soy yo?". "Tu Espectro", respondo dando muestras de mi evidente alivio. "Eres uno de los elegidos del Viajero para defender la humanidad. ¿Cómo te llamas?". Flexiona los dedos, ajusta la mandíbula y resopla dudoso. Entonces me mira. "Savin. Sí, creo que me llamo así." Asiente satisfecho. "Vamos, Tuespectro".

Kebab Mixto
Historia
Nkechi-32 se encuentra sobre el casco de su nave, repasando listas de cuchicheos y peticiones de salvamento en VanNet. Agu se acurruca sobre el espléndido cuello de plumas que forma parte de su coraza y observa las ruinas del Arrecife. "«Las reglas del Crisol modificadas son horribles», bla, bla, bla… ¿Cómo es posible que esto tenga como trescientos comentarios?", se pregunta conforme pasa a la siguiente página, "¿Dónde está el salseo?". "Anda, si es Kebab Mixto", apunta Agu, sobresaliendo por encima de una de las colosales hombreras de Nkechi. Se incorpora al instante, con los ojos brillando de interés. "¿En serio? ¿Dónde?". Kebab Mixto es el nombre que le han dado a un Espectro adorable y serio que lleva buscando a su guardián desde que tienen uso de razón. Kebab Mixto no es su nombre real, pero le queda bien, es como llamar a Mara Sov por su nombre completo en lugar de solo por su nombre de pila. Agu señala a Nkechi hacia un fragmento flotante. En efecto, ahí estaba: una mota diminuta que se movía con meticulosa paciencia por la superficie de un esquife caído en ruinas. "Vamos a saludar", dice Nkechi, al tiempo que apaga la interfaz de VanNet. Se pone de pie y comienza a hacer parkour en gravedad cero, saltando y moviéndose de un trozo de chatarra a otro. "¡Eh, colega!", lo llama cuando se aproxima. "¿Qué haces?". Kebab Mixto termina de escanear un trozo flotante de hormigón y acero y se gira hacia ellas. "¡Estoy buscando a mi guardián!", afirma. "Eso es estupendo. ¿Y esperas encontrarlo en esa roca?". "Nunca se sabe, señorita Nkechi treinta y dos. Puede que mi guardián sea muy pequeño". "Puede ser", le concede Nkechi. "Pero deberías considerar escanear a los muertos, colega. Qué elegante es esa carcasa, ¿es nueva?" Es violeta Arrecife con un contorno florido y detalles plateados. "¡Sí, así es! Fue un regalo. Y gracias por la sugerencia. ¡Ya lo tenía pensado! Suelo escanear a los muertos a menudo. También escaneo otras cosas. Soy muy meticuloso". Kebab Mixto se balancea en el sitio con cuidado, casi haciendo una reverencia. "Disculpadme un momento, por favor". Se da la vuelta para escanear un trozo de plastiacero retorcido. Ellas lo observan. Nkechi sacude la cabeza. "Venga ya, deja al pobre en paz", le susurra Agu al oído. "Si analiza cada fragmento del Arrecife, terminará encontrando algo seguro. Hay montones de cuerpos, y partes del cuerpo, flotando por aquí…". "Sí, ya lo hablamos cuando lo encontramos en Marte. Antes de la Grieta del Crepúsculo", responde Nkechi. "Bueno, teniendo eso en cuenta, podemos volver a echarle un ojo en un par de meses. ¿Quién sabe? Puede que tenga un golpe de suerte y encuentre al mejor guardián de todos los tiempos". "Ni hablar, TÚ encontraste a la mejor guardiana de todos los tiempos".

¿Quién protege a los guardianes?
Historia
A mi alrededor se suceden pasos desesperados, continuos y ligeros. El golpeteo de microcohetes perforantes. Los llantos y alaridos colman el aire. No siento… nada. En mi interior no hay… nada. Solo hay frío. Vacío. Sin alma. Sin Luz. La Legión Roja se lo ha llevado todo. Poco a poco, los pasos desesperados disminuyen. Durante unos minutos, la Última Ciudad se sume en el silencio. Entonces… suena el leve gruñido de su respiración. El ruido metálico de lanzapostas pesados contra sus armaduras carmesí. Los temblores de sus pasos de botas pesadas conforme se aproximan. Pum. Pum. Pum. Los mortales se hacen la misma pregunta una y otra vez, una pregunta sobre el significado. Sobre su lugar en el universo. No es nuestro caso. Quizá al principio, cuando tratábamos de comprender lo que había sucedido el día en que el Viajero nos liberó, pero no, ya no. Conocemos nuestro objetivo, por qué estamos aquí. En la antigüedad, la humanidad soñó con dioses, cielos y protectores alados que cuidaban de ellos, que los mantenían a salvo de todo daño impredecible e incontrolable. En esta época, considero que la humanidad ve eso en los guardianes. Pero, cuando los guardianes andan en apuros… ¿quién protege a los guardianes? Pum. Pum. Pum. Ya están cerca. Si creen que no voy a permanecer junto a mi guardiana hasta mi aciago final, aunque ella ya lo haya alcanzado, están terriblemente equivocados. Este es mi destino. Mi Luz regresará. Me necesita. Pum. Pum. Pum. Los pasos pesados de botas rojas están a la vuelta de la esquina. (No pienso moverme). Estamos cara a cara. (No pienso abandonarla). Desenfundan sus armas. (No permitiré que mi objetivo sea en vano). Una ráfaga de Luz… ¡¿Había sucedido?! ¡Sí… la Luz! ¡Ja, ja! ¡Puedo devolverla a la vida! ¡Puedo devolverla…! ¡Bang!

De grúas y molinos
Historia
Partimos para, como él diría, "desafiar lo desconocido". Su misión era convertirse en leyenda, asesinar bestias y conquistar tierras inhóspitas. Era una misión honorable… aunque, en última instancia, errónea. No, no en última instancia. Mucho antes. Los fallos de su ambición se hicieron evidentes poco después de que cruzáramos el pantano occidental. Al principio, me tomé sus delirios de grandeza como parte de un entusiasmo desmedido; agresiones frívolas sin consecuencias, una forma de perfeccionar su objetivo y habilidades de cara a los peligros que estaban por venir. Pero pronto, demasiado pronto, me di cuenta de que su mente no percibía la realidad. Su imaginación lo guiaba, casi se podría decir que lo arrastraba. Donde cualquiera habría visto una deteriorada grúa de la antigüedad —con su brazo caído rechinando por la brisa—, él veía un demonio, y en la estridente oscilación que generaba el metal, él oía el famélico aullido de un monstruo. Había hablado largo y tendido sobre sus aventuras del pasado. "Soy una anomalía", solía sentenciar, "el guardián solitario cuyo pasado llama a la verdad, cuya historia hace de guía". Solía hablar de esa vida exánime con una pasión y una cantidad de detalles que quería creerlo… y lo hice. Pero conforme arremetía contra la cubierta de la grúa —deteriorada por el paso del tiempo—, me di cuenta de una certeza que me había perseguido desde la talla de Bosques Maliciosos, hace algunos meses: estaba loco. Su mente, inestable. Sus verdades, sin fundamento y sin ningún vínculo con la realidad. Había dado nombre al bosque al igual que se lo había dado a las Colinas Aullantes, a la Fisura del Hombre Muerto, al Laberinto de la Arpía… Todos eran paisajes mundanos señalados como peligros que debían conquistarse, enemigos que asesinar… mientras él tejía una historia heroica sobre su propia grandeza, para mí no eran más que divagaciones. En las Colinas, asesinó lobos a los que llamaba Perros Infernales; en la Fisura, quemó los restos de unos supervivientes que llevaban tiempo muertos, los llamó Caminantes del Rey Nigromante; en el Laberinto, ocultó sus pisadas de modo que la Madre Pétrea no pudiera, y no pudo, seguirlo. Hizo todas aquellas cosas y ninguna, pues nada era cierto fuera de su mente tergiversada: los lobos eran simples animales rabiosos; los huesos no suponían amenaza, tan solo un recordatorio de lo que habíamos perdido; el laberinto, un simple desfiladero con una entrada y una salida en línea recta. Conforme la grúa se desplomaba y mi guardián ejecutaba su "golpe de gracia", este empezó a reír y se giró hacia mí. Sus ojos… se notaba que estaba ido, de aquel a quien había devuelto a la vida después de todos esos ciclos, solo quedaba una cáscara vacía colmada de demencia. No sé cuál fue el detonante, o si realmente había tenido juicio alguna vez, para empezar. Conforme empezó a hablar —la cáscara conquistada del Dragón del Fin del Estío, que no era dragón alguno, sino una frágil grúa derrotada bajo él— supe que debía dejarlo marchar… a terminar su viaje hacia la locura descontrolada. "Panza, viejo amigo", empezó a decir, "el dragón ha caído, pero me confesó su tesoro en un susurro… un secreto tan funesto que podría salvarnos a todos". Se inclinó hacia mí y entonó con voz sosegada, como si estuviera haciendo una revelación: "El Viajero no es ningún obsequio, es una mentira… una baliza de muerte y destrucción. En su interior residen dragones que se alimentan de nuestro sufrimiento y deseos. Todos los dragones han de morir. Su cáscara ha de perforarse hasta que la yema ahogue a aquellos que veneran su engaño. Nuestra última gran conquista. La batalla definitiva de nuestra noble empresa". Entonces gritó "¡Para que perdure la Luz, el Viajero ha de perecer!". Estaba sonriente, seguro, perturbado. Dos días después, cayó al desafiar al Trol de la Montaña de Roca Horca. Era un simple pedrusco. No había ningún trol. Lo aplastó. Y, aunque a día de hoy todavía me suscita un gran pesar… No lo devolví a la vida. ¿Cómo iba a hacerlo? Su imaginación enfermiza terminaría acabando con todos nosotros. Panza, se lamentaba por la desgraciada necesidad que lo había obligado a no devolver a la vida a su guardián.

Pilas no incluidas
Historia
Lo que hay a continuación son cosas simples. Úsalas cuanto necesites. A tu voluntad. No son tus puntos fuertes, pero puede que refuercen tu poder cuando el peso de la expectación caiga sobre ellos. Cuando la ira de la guerra te envuelva, encuentra tu paz. La Luz no es para ti, no formas parte de la Luz, pero sigues siendo único. Pon de tu parte y encontrarás todo de lo que tu miedo te priva. Eres un martillo. Eres un escudo. Aprende la diferencia. Conócete. La confianza es un arma. Blándela con cuidado. La responsabilidad, sea cual sea, no recae solo sobre ti. Si la Oscuridad llama, responde con verdad y se encogerá ante la Luz. Porta tu confianza con orgullo, pero ten en cuenta que es una herramienta, no un arma. Ten presente que la alegría de la victoria se gana, pero no ha de ser el objetivo. Que todo lo que veas, lo que descubras, no te prive del obsequio de la curiosidad. La Oscuridad te doblegará a su voluntad, pero la Luz se postra ante la tuya. Errar es la oportunidad de aprender. Si los huesos hablan, no escuches. Soy tu guía y tu amigo, tu aliado y tu herramienta. Utilízame. Nunca te abandonaré, pero si cayera, mantente alerta, conserva la verdad. Este no es el consejo de toda mi vida, pero algo es algo. Seguiremos aprendiendo a medida que avanzamos. (El consejo de vida de un Espectro desconocido a un guardián desconocido)

Mapear lo desconocido
Historia
Su cuello se parte. Muere en el acto. Lo sujeto y le pregunto cómo se siente. "Bien", dice. Le pregunto cómo ha sucedido. "No lo recuerdo", responde. Le pregunto si ha aprendido algo. "No", me contesta, "otro intento". Mismo salto, misma distancia, la quinta vez hoy. Esta vez, su trayectoria es menos precipitada, más paralela —a conciencia, creo—, variando en esa ocasión para obtener una mayor variedad del experimento. Cae casi plano. El sonido es húmedo, mojado. Muere al instante. Lo levanto, le pregunto lo mismo de nuevo, recibo las mismas respuestas. Lo hemos probado todo. Las muertes repentinas: ser acribillado, con todo tipo de munición y alcance imaginables. Las graduales: asfixia por la fuerza, con sustancias líquidas, vacío… Las biológicas: insectos letales, materiales peligrosos, radiación… Hemos probado a dejarlo muerto desde solo unos segundos hasta varios años, muchos. Tiempo malgastado en una misión de descubrimiento que podríamos haber empleado en cualquier otra cosa. No siempre había sido tan escéptico, pero hay un dicho antiguo que dice que hay que aprender de los errores, que hay que saber cuándo dejarlo, o que no se le pueden enseñar trucos nuevos a perros viejos. No lo sé. Pero sé apreciar la futilidad cuando la veo. Lo hemos probado todo. No hemos aprendido nada. Los hay quienes no piensan lo mismo. También los hay quienes dicen que han cruzado al otro lado de la muerte. "¿Tienes pruebas?", suelo preguntar. "La muerte no es la respuesta cuando la vida está delante de tus narices, mirándote a la cara". Digo muchas cosas. Pero aquí estamos, con mi guardián hecho picadillo a los pies de un acantilado dos veces más alto que la Torre y, cada vez que lo revivo, solo va a decir algo similar a "Estoy bien. No lo sé. Otro intento". Y eso haremos. Porque mapear lo desconocido significa que las respuestas que no tienes podrían ser las respuestas que se ocultan al otro lado del "otro intento". (Un Espectro dudando sobre la técnica repetitiva de tanatonáutica de su guardián)